NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER

Gran parte del conjunto de obra de Aninat & Swinburn, esta compuesto por obras entendidas como objetos finales, tanto fotografías, videos, objetos, que provienen de las performances que ellas realizan en sus propias instalaciones y/o en escenarios que ellas crean. Generalmente éstas parecen estar invadidas de una gran solemnidad, de aun aura sacra, dadas las estructuras y cánones que ellas utilizan en el ordenamiento de los elementos, de la ubicación de su propia presencia y en los símbolos que reinterpretan.

En esta oportunidad, A&S, realizan una suerte de rito frente a los bloques de mármol inscritos en bajo relieve con refranes y proverbios. Antes de ser éstos instalados en los bancos de las plazas de la ciudad, sucede una suerte de despedida y de velatorio. Los bloques de mármol son desplegados escénicamente ubicándose unos al lado de otros, formando una suerte de reinterpretación de la piedra Rosetta, o de las Tablas de la Ley. Sobre este escenario, las artistas posan sus cuerpos, fraccionados en las imágenes, de diversas formas. Algunas hacen reminiscencia a las tumbas templarias, cargando sobre los inertes cuerpos una cruz formada por dos bloques intervenidos. En las imágenes los cuerpos parecen caer al vacío, y el escrito, dichos populares sentenciosos, están orientados al revés, inquietando la lectura. Por otro lado, el otro grupo de imágenes, esta constituido por las manos de las artistas adoptando diversas y expresivas formas, manos orantes, suplicantes, devotas, las cuales ubicadas en el extremo inferior de la imagen, con todo el texto elevándose sobre ellas, condicionan la mirada. La cualidad sacra de las imágenes convive con el humor y la popularidad de los refranes, en su versión más genuina; el refrán es advertencia, consejo, aviso, descripción, es resultado de la experiencia; una moraleja, por tanto tiene un valor práctico que se contrapone con el aura enigmática y solemne que las invade. La intersección entre lo sacro y lo popular, entre lo práctico y lo real, entre el humor y la sentencia, las imágenes vagan en el limite, en una suerte de limbo, hay que haber muerto para estar ahí, estas imágenes son la memoria de algo que aconteció, de un instante, de un acto de fe codificado en imágenes. En este cerco fronterizo, la idea o noción de límite y frontera ubicamos lo que podríamos denominar lo trascendental. En ciertas formas presentes en esta obra, objetos, acciones, temas, ayudan a idear micro universos visuales que la muestran, a sí misma, como una maquinaria configuradora de «formas simbólicas» y portadora de «valores simbólicos», o enunciando o propiciando acontecimientos simbólicos, bien por la especificidad de los objetos, acciones y gestos presentes o bien por cómo éstos han sido tratados. ¿Cómo actúa lo simbólico y lo religioso en estas imágenes? ¿Cómo acontece la validación del espacio simbólico? ¿Podríamos ubicar esta obra del colectivo A+S en una situación de reconquista? ¿son estas obras, a partir de micro universos visuales, las que manifiestan esta reconquista, este reencuentro con la experiencia espiritual del arte?

Las formas simbólicas que se instalan en la cotidianidad, como acontecimientos, ritos, gestos, nos permiten hallar en lo cotidiano nuestro sentido religioso del mundo, en sus distintos grados de sacralidad. Esto implica que lo sagrado, es decir aquello que en tono clásico se cree intuido a través de experiencias místicas, también se manifieste, a razón de establecerse e implantarse a través de distintas formas: ritos, actos sacrificiales etc. Estas obras, apuntan a un problema de resemantización y en algunos casos a un problema de traducción. No puede haber un mundo significante sin contemplar un mundo significado. El juego de traducciones, interpretaciones nos aproxima a ciertos valores fundamentales del imaginario cultural.

En estas propuestas accionales de Aninat&Swinburn, hallamos objetos, acciones, gestos que solicitan de parte del espectador, un proceso de construcción de sentido. Y en este proceso, se nos remite al espacio de lo sagrado, de lo religioso, a través de unas formas que, se pueden tener como ritos, ritos construidos sobre otros ritos, narraciones construidas sobre otras narraciones, un espacio ritualista impregna al artista, a la obra y al espectador.